lunes, 22 de julio de 2013

Hábitos que deforman el rostro

El desarrollo de la mandíbula y el maxilar, tanto en forma como en tamaño, está influenciado por la respiración, la forma de deglutir y la posición de la lengua, entre otros.
Los malos hábitos contribuyen a formar los mayores problemas de ortodoncia. Estos deben de corregirse tan pronto como se detecten. Si no se corrigen, el crecimiento de la cara y la alineación de los dientes se verán afectados. Además, cualquier tratamiento con o sin ortodoncia no será exitoso si no se corrige la causa que origina estos malos hábitos. Corrigiéndolos, no sólo los dientes llegarán a estar alineados y mantenerse en buena posición, sino que también se mejorará el desarrollo facial.
Pero, ¿cuáles son esos malos hábitos?, los nombraremos a continuación:
1.       Chuparse el dedo: Es uno de los más comunes y caracteriza por la succión de cualquiera de los dedos. Los signos principales para distinguirlo son: 1) Los dientes de arriba se  inclinan hacia adelante (a veces separados), así como el labio superior. 2) A veces los dientes de abajo se encuentran inclinados hacia atrás. 3).- El niño o la niña también tiene la “mordida abierta”, donde los dientes de enfrente de arriba quedan separados de los de abajo al morder (fig. de arriba). 4) El paladar está “alto” o “profundo”. Para corregirlo hay diversos aparatos que ayudan a eliminarlo en la gran mayoría de los casos.

2.       Hábito de lengua: Se caracteriza porque al deglutir, la lengua se proyecta hacia adelante haciendo que los dientes de enfrente se inclinen hacia adelante y algunas veces, se separen (fig. izq). La lengua presenta un aspecto flácido y ancho.  También se presentan problemas a la pronunciación, sobre todo con la “S”. Para corregirlo usamos diferentes tipos de aparatos, así como una serie de ejercicios para la lengua.
  
3.            Respiración bucal: Algo impide respirar correctamente por la nariz. Algunas veces es porque las adenoides o amígdalas o cornetes nasales están agrandados. Los signos más visibles para reconocer esta situación es porque la boca se mantiene abierta la gran parte del día, al mismo tiempo que la respiración se hace por la boca, produciendo resequedad en los labios, encías inflamadas y/o que sangran con facilidad. Los dientes de arriba se encuentran adelantados respecto a los de abajo y  la mandíbula es pequeña  y esta inclinada hacia abajo. Algunas veces hay presencia de ojeras (fig. der). En este tipo de problema el ortodoncista busca apoyo con el especialista de oídos, nariz y garganta.

En conclusión, eliminar estos hábitos en edades tempranas permite que el desarrollo de la dentición y cara siga un curso normal y no provoque deformaciones permanentes.

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